miércoles, 20 de enero de 2010

Mi trazo recto con una bici sin polvo.


Me sentí libre, sí, libre como si volara, como si por fin viera la luz después de pasar una mala época. A una velocidad decente, era yo la que manejaba el manillar, era
la que sentía los baches y los esquivaba en ciertas ocasiones. La luz de cara con los ojos cerrados pero recto, iba recto y no torcía el manillar. Me encantaba la sensación, el pelo al aire notando como se despeinaba y se enredaba. Notaba la risa de mis amigos, el “chack” de las cámaras de fotos, las cadenas sueltas y las quejas de las ruedas de patines, por el mar camino. Esos sonidos me hacían un poco más libre, me gustaban. Sabía que ellos estaban ahí y yo, ¿y yo?, y yo colaboraba, reía, hacía fotos y lo más importante, era la dueña de aquel trazo recto con mi bici sin polvo.

martes, 19 de enero de 2010

¿Utópico?




Escuché el sonido de mar..., oh no, era la lluvía.
-Parecía el mar- me dije para mi misma.
-dulces sueños.